Si Costa Rica quiere al menos igualar lo que hizo en Brasil 2014 deberá hacerlo ante un rival mucho más complicado que Grecia como en aquellos memorables octavos de final. Si la Sele avanza en el Grupo E ya sea de primero o segundo lugar, deberá jugar contra una selección del Grupo F, donde se sitúan los germanos y aztecas.
Primero se deberá avanzar sobre Brasil y los europeos Serbia y Suiza, y de hacerlo la segunda ronda se vislumbra tremendamente difícil. En nuestro grupo Brasil es ampliamente considerado como favorito luego de arrasar en la eliminatoria de Conmebol y tener actualmente un gran nivel con jugadores como Neymar, Marcelo, Gabriel Jesus o Coutinho.
Y por el otro lado, en el Grupo F está la claramente favorita Alemania, México, Suecia y Corea del Sur. Los campeones mundiales no deberían de tener problema para avanzar en el primer lugar, y el segundo lugar está muy parejo entre México y una Suecia que de seguro volverá a contar con el a priori retirado de la selección, Zlatan Ibrahimovic.
Así las cosas, con Brasil y Alemania ganando sus grupos, Costa Rica clasificándose de segunda enfrentaría a los teutones en octavos de final, y sería una verdadera hazaña dejarlos fuera en búsqueda de su bicampeonato. Pero Mundial, es Mundial, y la Tricolor lo dejó claro en el 2014 dejando atrás a tres campeones mundiales en primera ronda: Uruguay, Italia e Inglaterra. En octavos a la campeona europea Grecia, y despidiéndose desde la tanda de penales frente a Holanda.
“Es un listón alto, pero tenemos con qué, nos gusta tener el balón, es nuestra idiosincrasia, nos gusta los retos grandes, en Brasil competimos contra campeones mundiales e hicimos un gran papel, esperemos que esta vez no sea la excepción. Al costarricense le gustan los retos y estamos muy motivados”, expresó el seleccionador nacional Óscar Ramírez tras el sorteo en Moscú.
Entre la probabilidad está jugar ante México, un juego que sería soñado por la rivalidad en la zona de la Concacaf, y un México que pese a todo su poder económico, nunca ha llegado a ese anhelado quinto partido desde que se disputan octavos de final con el actual formato.