El Real Madrid cerró con victoria su participación en la fase de grupos de la Liga de Campeones tras imponerse en el Santiago Bernabéu 3-2 al Borussia Dortmund alemán, en un partido nuevamente irregular del actual campeón que ya espera el sorteo del próximo lunes de octavos.
Cerca estuvo de atragantársele el trámite a los de Zinédine Zidane, todavía necesitados de firmar un buen y sólido partido durante 90 minutos. Llegó a dominar 2-0 antes del cuarto de hora, pero su indolencia defensiva permitió que su rival, hasta entonces apático, lograse igualar y convertirse en amenaza real.
La reacción final de los locales logró salvar tres puntos positivos para la moral gracias a Lucas Vázquez, goleador junto a Borja Mayoral y Cristiano Ronaldo, en otra nueva disposición que no dejó demasiado satisfecha a la afición del conjunto merengue.
No le hizo falta al Real Madrid imponer un ritmo trepidante para hacerse con el mando del choque desde el pitido inicial. Pese a las rotaciones, la pelota fue suya ante un Dortmund que, pese a que se jugaba más que el premio monetario, se limitó más a defenderse que a tratar se tener la posesión, lastrado también por tener en el banquillo a uno de sus mejores jugadores, Julian Weigl, en el banco.
Tampoco tuvo que esforzarse demasiado el conjunto de Zinédine Zidane para abrir el marcador y ya antes del cuarto de hora mandaba por un cómodo 2-0. El primer gol lo inició Cristiano Ronaldo, muy incisivo desde la izquierda, y cuyo pase terminó tras tocar en Isco, en las botas de un Borja Mayoral, una de las novedades del once y que volvió a aprovechar su ocasión. Cuatro minutos después, el de Madeira cogió el balón en la misma zona, pero esta vez se abrió para dibujar un preciso disparo ante el que nada pudo hacer Burki.
Parece que el gol del Tottenham ante el APOEL espabiló un tanto a los de Peter Bosz, perezosos hasta pasada la veintena de minutos a pesar del incansable apoyo de sus aficionados. Dos ‘pases de la muerte’ que no encontraron rematador y una gran jugada de la perla estadounidense Pulisic dejó solo a Kagawa, pero Varane estuvo atento en el cruce, mientras que Aubameyang también demostró que anda tan poco fino como su equipo y disparó demasiado cruzado.
LUCAS VÁZQUEZ SALVA LA VICTORIA
El Real Madrid había bajado su control del partido en su intento de darle más velocidad, lo que se traducía en más errores y que se quedase más desprotegido atrás, más aún cuando Varane tuvo que solicitar el cambio. Sin defensas en el banquillo, con la entrada de Asensio, Nacho pasó al centro y Lucas Vázquez al lateral. El balear estuvo demasiado pasivo a la hora de recibir un balón y el robo de Schmelzer terminó en un centro a la cabeza de un Aubameyang que dio vida a los suyos antes del descanso.
El panorama no mejoró con el paso por vestuarios. El Borussia se creyó que podría ser una amenaza y sacar algo positivo y logró la igualada al poco de reanudarse el choque gracias de nuevo a Aubameyang, que acertó en su segundo remate después de que Keylor Navas repeliese el primero. Al instante, Cristiano Ronaldo tuvo el tercero, pero en esta ocasión disparó demasiado cruzado solo ante Burki.
El partido se abría ya definitivamente y con espacios el equipo germano amenazaba la flojera defensiva madridista con la velocidad del gabonés y de Pulisic. Zidane daba la oportunidad a Ceballos por un errático Kovacic en busca de que el andaluz llevase mejor la manija de las operaciones y se uniese a Isco, aunque este también se fue pronto al banco y dejó su lugar a Marcos Llorente para que Casemiro bajase al central y Lucas volviese a dar profundidad desde la banda derecha.
El cambio funcionó y el Real Madrid retomó el mando. Cristiano, ya de ‘9’, no acertó en tres buenas ocasiones, todas generadas desde la izquierda donde Asensio, prácticamente inadvertido hasta entonces, intentaba recobrar el protagonismo perdido. El Dortmund apenas salía y finalmente Lucas Vázquez devolvía la delantera a los locales con un remate poco ortodoxo al borde del área. Kagawa aún pudo dar un tercer disgusto, pero su balón se fue por encima del larguero y el Real Madrid respiró antes de los retos de exigencia con los que cerrará 2018 (Sevilla, Mundial Clubes y Clásico).
